Las redes sociales están de moda. Los podemos ver con Digg, Menéame o Fresqui. Su funcionamiento es sencillo: un usuario envía una noticia, si gusta y es aceptada por el resto de usuarios, ésta aparecerá en portada. Por tanto, se crea un medio de comunicación a base de historias de los internautas.
¿La nueva democracia? Muchos responden a esta incógnita con una apelación negativa: es únicamente la opinión de los tecnócratas. Los nerds.
Posiblemente, la información recogida por estas redes sociales no represente esa verdadera democracia, pero es indudable que supone una potente fuente de información sobre qué tema gusta o la noticia candente en la opinión pública.
Si trasladamos esta realidad, la de recoger el clima de opinión de los lectores, a un medio de comunicación, el resultado puede ser tremendamente positivo. ¿Sabemos realmente qué gusta a nuestra audiencia?
Hasta el momento sólo tenemos suposiciones, pero una red social propia, conformada por nuestros propios usuarios, nos puede permitir medir de forma cualitativa y cuantitativa si nuestra línea está en la misma dirección que la de nuestros lectores. No olvidemos que estamos en un negocio y que se trata de ofrecer un producto agradable y, sobre todo, que se consuma.
En definitiva, el uso que pueden dar los mass media a las nuevas redes sociales va enfocado a recoger información con la que poder adaptar las rutinas informativas a los intereses de los medios. Cuore, por ejemplo, lo hace a pequeña escala.
BlogRunner ya se ha aventurado en este tipo de proyecto. Su versión ‘anotada’ de The New York Times –en la que recomponía la portada según los temas más valorados por los usuarios- acabó captando la atención del gigante. Ahora BlogRunner gestiona los enlaces externos de la sección de tecnología.
Planteemos las bases de una red social vinculada a un medio de comunicación.
-¿Quiénes son los usuarios que mandan y votan las noticias? Son los propios lectores. Por tanto, estamos recogiendo la información de nuestros propios usuarios, los que viven y disfrutan con nuestro medio. No hay que olvidar que las audiencias digitales son cada vez más heterogéneas.
-¿Qué mandan? Noticias del propio medio. Todos los contenidos que se publiquen en la edición digital podrían ser promocionados. Aunque podría ser útil compararnos con otros medios, evitamos el sesgo de audiencias diferentes a la nuestra,
-¿Qué obtenemos? Se trata de analizar las noticias más votadas, las más visitadas o las más comentadas. Es decir, es una buena forma para entablar una verdadera conversación con nuestros lectores.
-¿Qué hacer con esa información? Hasta el momento, los medios las están utilizando pero de forma superficial -El País crea una nueva portada con las notas más votadas-, pero a simple vista parece un mero maquillaje. Pero realmente es el clima de opinión y es la información con la que se deben manejar los periodistas.
-¿Qué puede hacer el periodista? Desde apostar por los contenidos que más gustan, titular de una forma diferente, vetar a personajes que causan fobia entre los lectores, etc. Y hablamos de una información que se recoge por un medio digital y se puede utilizar bajo cualquier soporte porque el clima no debe varias mucho.
-Es una forma de crear fidelidad y cultivar la verdadera conversación. Dar la opción a los propios usuarios de ‘dirigir’ el medio es un acto de honestidad, pero también un aliciente para generar la fidelidad.
En definitiva, la red social se convierte en un canal por el que el medio adquiere la información necesaria para adaptar los contenidos a las tendencias de los propios usuarios. Es decir, se trata de erradicar el precepto de que el periodista sabe realmente lo que quiere el usuario. Cariño, escúchale de verdad.
Como reza el claim de Fresqui: "Ahora tú decides qué es importante".