Por Ainhoa Alday Palacios
Parece mentira que a estas alturas no haya podido decir nunca algo parecido, pero por fin estoy "en línea".
Mientras veía a mis compañeros de facultad, trabajo, hermano, amigos... enganchados a la red curioseando, aprendiendo y emprendiendo yo, muy fiel a mis principios, me propuse que esos cacharros, llamados ordenadores, y esos anglicismos dificilísimos de recordar no estaban hechos para mí, que no tenía porqué saber de todo y que no se iba a acabar el mundo por ello. ¡Ay, cuán engañada estaba! Ese futuro del que tantos hablaban ya era una realidad. Palabras como Google y Yahoo ya se pronunciaban en más ocasiones que las palabras pan y agua.
Cuando una se enfrenta a una entrevista de trabajo y le hacen un interrogatorio como si de una delincuente se tratara, intenta destacar los últimos logros profesionales, las importantes empresas por las que has pasado... y entonces llega, desgraciadamente, la pregunta del millón ¿Ainhoa, controlas la informática y esas cosas verdad? En estos tiempos que corren... ¡No señor directivo, no! En estos tiempos mal, y en los que seguirán también, ¡porque eso no es lo mío! Efectivamente esto último no se lo llegué a decir nunca a nadie, aunque una esté apunto de reventar. Bien, este simple y tonto ejemplo sirve para resumir y ejemplificar mi relación con los Nuevos Medios del ciberespacio hasta el momento.
Mi preocupación iba en aumento. Poco a poco iba asimilando, no sin problemas, que debía de hacer algo al respecto.
Paradójicamente me licencié en la carrera de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Tenía oído hablar de un tal profesor de nombre José Luis Orihuela, una eminencia en la materia, que impartía unas asignaturas muy entretenidas, a las cuales se apuntaban muchos de mis compañeros... ¡Ni aún así! Pasé de largo sin, ni siquiera, contemplar la posibilidad de poder estar en clase con mis amigos.Por fin me ha llegado el momento.
Es evidente que no iba por buen camino y que algún día tendría que llegar el momento. Como suele ocurrir en estos casos, ha sido un aterrizaje forzoso y he de reconocer, después de todo, que no ha sido tan horrible y que no he muerto en el intento.Tres días, nada más, he tenido para asimilar toda la avalancha de información: la Web 2.0, buscador social del.icio.us, meneame, flickr ... Herramientas que ni sabía que existían. No sé si me ha quedado algo claro, pero no soy capaz de "desconectarme". Paso horas y horas delante del ordenador aprendiendo y emprendiendo, como aquellos antiguos amigos a los que miraba mal y les criticaba por ello.
Sin embargo, a pesar de todo lo positivo que tienen los nuevos medios, como los blogs por ejemplo, he echado de menos no haber tocado en clase algunos temas que me parecen importantes. Internet y estas nuevas redes sociales como Facebook, me resultan un tanto agresivas. Hay un descontrol de información muy alto. La gente puede saber cosas ti que en tu vida hubieses contado.En conclusión, como todo en la vida tiene sus luces y sombras. Lo importante son conocerlas. Sólo así conseguiré controlar, en la medida de lo posible, esta revolución mediática.
Ainhoa Alday Palacios