Me cuesta creerlo, pero jamás pensé que volvería a oír a jlori diciendo que hay un invento que revolucionó el mundo: Internet. Nuestra cita fue en el '99, un año medio apocalíptico, porque se esperaba un invitado que que iba a generar el caos en los sistemas informáticos del mundo mundial.
Cuento corto, el tiempo pasó y el mundo cambió. Y de los bits, bites, y números binarios no me acuerdo nada, tampoco podría dar una definición de ellos, porque no sé lo que son, pero siete años después me han servido para experimentar y pararme sobre una plataforma que no es tangible y que comencé a usarla como un juego para ver qué pasaba si hacía un blog (que en más de un año y casi 4500 visitas) o creaba un podcast (que ya es un mito urbano, porque no tengo servidor donde alojarlo, pero volverá un día de estos).
Y he llegado al curso de Gestión de Nuevos Medios con una mochila de dos blogs y un podcast, que no se han actualizado por tiempo (léase en los últimos días por algo que se llama Marco Legal), ahí he comprendido que todo esto es la punta del iceberg donde la comunicación ahora pertenece a la gente común y corriente.
Hoy las herramientas están al alcance de todos y que cada uno las puede administrar como quiere y que los periodistas son los que mejor uso pueden hacer de ellos, con apenas de un presupuesto y al más puro estilo Silicon Valley Boys: trabajando desde el garage de la casa, sin jefes, sin darle explicaciones, tratar de hacer rentable el negocio - Berlusconni, ahora tienes una razón para desmayarte.
Lo que queda es buscar otra forma de especialización porque los medios comunes y corrientes están sobresaturados y si hay un puesto esperando ahí (léase prensa, radio, TV o una agencia de comunicaciones) no hay que pensar en esto como una alternativa deseperada sino como la opción en nuestros tiempos y no terminar como los monjes trapenses, que cuando se les acabó la imprenta, se hicieron famosos por elaborar cerveza.
La importancia de un blog
El libro de los blogs
Nicole Cáceres Forttes