Hoy por hoy en nuestro país Internet es un soporte de unos pocos millones de españoles. Las televisiones han decidido que la Red no va con ellos. Las Telecinco, Antena 3, mayoría de las autonómicas y el gran ente RTVE apenas se han asomado a las ventajas de Internet. Por su parte, las grandes Cadenas de radio simplemente están en el ciberespacio, pero repito, exclusivamente están, y como diría aquel: ¿Están pero no piensan luego no existen?
La vieja prensa diaria parece haber encontrado el filón en las publicaciones digitales. Sin embargo, únicamente unos pocos elegidos crean auténticos periódicos online, más allá de volcar los contenidos del papel a los ceros y unos del código digital. El País , El Mundo, The New York Times... Han comprendido el metalenguaje de la red como Alfred Hitchcock el del cine.
A lo que iba, Internet es un soporte y canal perfecto para la difusión de la información, pero aún no ha explotado. El interrogante es doble cuando se convencerán los Ruper Murdochs y demás magnates de la información que apostar por la Red a medio-largo plazo es una jugada cuasi segura, y la segunda cuestión quién se encargará de convencerles.
A la primera pregunta solo cabe una respuesta por el bien de todos: ¡Espero que pronto! Mientras que a la segunda, y sin animo de ser presuntuoso, probablemente seamos nosotros quienes tengamos que hacerlo. Seguramente sobre nuestros hombros nunca recaerá la responsabilidad de plataformas de comunicación como Bertelsman o AOL Time Warner pero si somos responsables otras, y con un poco de suerte dentro de las otras también tendrán cabida las anteriormente citadas, inviertan en la red. Crean en nosotros.