José Luis Orihuela aún no se imagina lo que ha creado. En apenas tres o cuatro horas de clase ha convertido a 20 inocentes megecianos(dícese de los personajes que mueren de frío en Pamplona, cursando un Master en Gestión de Empresas de Comunicación, MGEC), en monstruos creadores imparables de blogs.
Yo soy una de las potenciales productoras de blogs, con los que me dedicaré a atormentar a cuanto cibernauta caiga en mis anotaciones personales. Ahora bien, independientemente de que un blog entretenga, torture, informe o simplemente exista, su aporte de dar voz a todos aquellos que tengan algo que comunicar, pues es simplemente impresionante.
Si antes nos conformábamos con ser receptores de información ¡ahora nosotros podemos generarla! Decir lo que se nos ocurre, lo que guardamos, lo que callamos y lo que queremos gritar: ¡existo y esto es lo que vivo!
No tendremos una difusión como El Mundo ni seremos tan vistos como la BBC, quizás nunca seamos tan leídos como Oriana Fallaci, pero alguien nos leerá (y quizás, hasta se anime a mandarnos un comentario) ¡Y luego dicen que el Internet aísla a la gente!
En fin, lástima que una clase tan rica haya sido tan corta, que no se la haya podido sacar más jugo. De todas maneras, estoy segura de que la red se congestionará un poquito más estos días, no solo con los 20 megecianos, que de seguro tendrán más de una página en mente, sino con los blogs de millones de personas disfrutando de esta nueva democratización de los medios.
