Hace una semana ni siquiera sabía qué era un blog. Es más, pensaba que blog y weblog eran cosas diferentes. Y ahora me encuentro inmersa en un mundo que me ha parecido fascinante. Es curioso cómo un medio con tantas posibilidades sea todavía para muchos un gran desconocido. Tal vez se deba al miedo que suscita entre los gestores de las empresas de comunicación. Pero señores, hemos entrado en la era de la convergencia; los periódicos, las televisiones y las radios no son los negocios. El verdadero negocio es el de la información y, en este sentido, Internet no tiene por qué ser una amenaza, sino un complemento ideal para ofrecer más calidad, más personalización, más instantaneidad y más interactividad con el público.
Navegando por las versiones digitales de varios diarios me he quedado horrorizada viendo cómo muchas son un simple corta y pega de los periódicos impresos. ¿Por qué sólo unos pocos se han atrevido a aprovechar las ventajas que brinda la Red? Es necesario un cambio, y esta nueva generación de profesionales de la comunicación lo conseguiremos. Hay que apoyar esta revolución que permite la democratización de los contenidos. Hagamos oír nuestras voces.
Yo misma me he dado cuenta de esto. Reconozco que al principio navegar por Internet era para mí una navegación sin rumbo, sin dirección. Desconocía los lugares hasta los que este barco podía llevarme. Sin embargo, ¡ahora tengo mi propio blog! Algunos os reiréis, pero en serio, a mí me parecía algo complicadísimo. Y lo que es todavía mejor, he descubierto que los correos electrónicos, los foros y los chats no son la única forma para poder relacionarme con personas de todas partes del mundo que comparten mis inquietudes y pasiones.
Y es que, hace unos meses, Internet se limitaba a ser una fuente de documentación para mi trabajo. Pero las aficiones también caben en él. Tal vez tenga unos días olvidados mis blogs de cocina, el MGEC no deja mucho tiempo libre... mis compañeros lo saben muy bien. Pero ya me ha entrado el gusanillo por escribir en ellos, así que procuraré actualizarlos. Es más, estoy pensando en elaborar otro sobre publicidad, mi profesión y pasión.
Navegando por las versiones digitales de varios diarios me he quedado horrorizada viendo cómo muchas son un simple corta y pega de los periódicos impresos. ¿Por qué sólo unos pocos se han atrevido a aprovechar las ventajas que brinda la Red? Es necesario un cambio, y esta nueva generación de profesionales de la comunicación lo conseguiremos. Hay que apoyar esta revolución que permite la democratización de los contenidos. Hagamos oír nuestras voces.
Yo misma me he dado cuenta de esto. Reconozco que al principio navegar por Internet era para mí una navegación sin rumbo, sin dirección. Desconocía los lugares hasta los que este barco podía llevarme. Sin embargo, ¡ahora tengo mi propio blog! Algunos os reiréis, pero en serio, a mí me parecía algo complicadísimo. Y lo que es todavía mejor, he descubierto que los correos electrónicos, los foros y los chats no son la única forma para poder relacionarme con personas de todas partes del mundo que comparten mis inquietudes y pasiones.
Y es que, hace unos meses, Internet se limitaba a ser una fuente de documentación para mi trabajo. Pero las aficiones también caben en él. Tal vez tenga unos días olvidados mis blogs de cocina, el MGEC no deja mucho tiempo libre... mis compañeros lo saben muy bien. Pero ya me ha entrado el gusanillo por escribir en ellos, así que procuraré actualizarlos. Es más, estoy pensando en elaborar otro sobre publicidad, mi profesión y pasión.