No me extrañaría que dentro de pocos años, por no decir unos meses, aparezcan los primeros weblogs de pago. Tampoco, por ventura a los abiertos a las nuevas vanguardias, que empiecen a concentrarse los weblogs por grandes empresas de medios de comunicación.
La historia es cíclica, y este reflejo de la actualidad no es inerte a los cambios. Recuerda bastante a la corta -pero intensa- historia de internet, o sin irnos tan cerca en el tiempo bien puede valer el ejemplo de la radio. Al principio estos medios de comunicación no contaban con el aprobado de los que se erigían como la elite periodística. Sin embargo, hay hechos puntuales en el tiempo que han sabido dar la vuelta a la tortilla. Dígase de La guerra de los mundos para el medio herziano y el 11-S para el medio codificado.
Y no fue hasta entonces cuando se descubrió el verdadero lobby de ambos medios. La capacidad de reacción, rapidez, inmediatez y, lo más importante, el prestigio de la veracidad. Antes se ha mencionado que la historia es cíclica y ahora toca decir que los weblogs no son más que simples paneles de juicios sin fundamento que no tienen cabida en este mundo de contraste informativo. ¿Suena a risa verdad? Hay una regla en el marketing que dice que no siempre la mejor tecnología triunfa, sino la que realmente es aceptada por el público. Pasó con el 2000 a favor del VHS. ¿Alguien está preparado para cambiar al animal de costumbres de la naturaleza por excelencia?
Cuidado con intentar cambiar la rutina. Los weblogs ya están muy presentes en la ciber realidad. Falta poco, muy poco, para que exploten su potencial. ¿qué los directivos instalados en la quinta planta piensan que es una moda pasajera de unos cuantos enganchados a la red? Sigan pensando así, mientras destruyen lo que debería ser el producto periodístico por excelencia (resulta curioso que cuanto mayor es el nivel cultural de la sociedad menos periódicos se leen, está visto que algo falla).
Pero vayamos a lo que nos arremete, que no es más que una nueva forma de comunicación. Y no se tratan sólo de unos cuantos raros que han visto frustrados sus ansias periodísticas. Es un nuevo producto, y entra como siempre han entrado los nuevos medios. Alcance masivo y de forma gratuita. ¿Qué decían de la prensa gratuita? ¿Qué se iba a estancar cuando? Punto y aparte. Tomen nota. Anticiparse es sólo, como en esta vida, cuestión de tiempo.