viernes, noviembre 09, 2007

Ser periodista

por José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo

Tenía que suceder; a golpe de sociedad el periodismo ha ido cayendo de su pedestal. Quizá porque fue olvidando de donde vino y quien era su madre. Bastardeando poco a poco sus principios, terminó por someter sus valores al mercado. En donde suele valer más una nota por “bursátil” que por “versátil”. Su empresa, aparece mas veces en la bolsa que es dónde mas se le utiliza; que en la casa que es donde mas se le necesita.

Sus orígenes, aquellos que lo convirtieron–puede ser- en la profesión mas humana de todas, siguen habitando en la gente, desde donde el reclamo popular ha encontrado refugio en la tecnología, cuyo eje cambió de paradigma. Dejando de ser fría e inaccesible, para convertirse en cálida y sencilla, condición que la vuelve más humana y por lo tanto comunitaria. Desde que el mundo es mundo (mundial por cierto), el ser humano ha utilizado cualquier cosa que se encuentre a su alcance para comunicarse. ¿A caso el hombre de Altamira no ha sido el primer "blogger" de la humanidad?... no entiendo de que nos quejamos ahora.

En busca de un falso medio, el periodismo se volvió medio falso.
Dejó de pertenecer a su sociedad, para formar parte de otra. Ejerció de escalador y sirvió como escalón para amasar fortunas a escondidillas de la verdad. El medio de comunicación, pasó de vitamina social a alimento de engorda para capitales políticos y comerciales, cuya misión está limitada por un balance general y acotada por un padrón electoral.

Canjeó su fuerza reveladora, por un índice de precios y cotizaciones, donde los bonos por credibilidad valen muy poco para el mecenazgo que lo sostiene.

Últimamente, el periodismo prefiere “contratarse” que “contrastarse”. Se volvió herramienta, cuando solía ser apostolado. Perdió ejemplaridad y en paralelo confianza. Ganó poder, pero lo hizo convirtiendo el cariño en moneda de cambio.

Cada vez hay menos periodistas heroicos y por lo tanto, sociedades peor custodiadas. La sociedad se volvió periodista, cansada de limosnear respeto y derecho a la información, que vale por lo que sirve y no por lo que funciona.

El fenómeno del periodismo moderno, es muy curioso. Hoy en día es mas periodista, aquel que es mas gente.

Ser periodista, es volver a ser gente... (pero post data incluida, ni todas las buenas gentes son excelentes periodistas, ni tampoco los malos periodistas son tan mala gente).