Mi tesis de licenciatura la hice sobre el principal diario de mi país, El Tiempo. Este diario, que como los más tradicionales de Latinoamérica nació a finales del siglo XIX, ha pasado por un sinnúmero de transformaciones ideológicas, estructurales, organizativas y productivas durante más de 100 años.
El caso es que al abordar este ensayo recuerdo una experiencia contada por los directores de este diario colombiano, recordando los cuentos de sus abuelos, cuando las noticias internacionales se cubrían a partir de escuchar la radio y/o de esperar días o semanas hasta que arribaran las ediciones más recientes de diarios americanos.
Estas ediciones, amarillentas y arrugadas por su doloroso viaje en barco, ferry y lomo de mula, tenían que añejarse dos y tres semanas para llegar a las febriles manos del periodista bogotano que, haciendo uso de sus pocos conocimientos de inglés, trataba de descifrar estos garabatos en compañía de un café y un cigarro, a la vez que pensaba cómo iba a abordar el artículo.
Radio y periódicos viejos eran su fuente primaria para escribir noticias de "fuera", de un mundo que desde la sabana bogotana, protegida por selva, ríos y manigua, aparecía gigante y lejano. Así fue como en el momento de contarle a sus lectores sobre la revolución rusa, que seguían juiciosamente por radio, pensaron que los Mancheviques y los Bolcheviques no eran mayorías y minorías respectivamente, sino los apellidos de dos familias que se disputaban entre si la Rusia.
Y durante días se escribieron artículos sobre las guerras que adelantaban estos señores, adornándolas de pasajes aventureros y gestas gloriosas. Cuando cayeron en cuenta de su error, no a causa de los lectores, sino por un amigo ruso del director, una pequeña nota rectificadora valió para borrar el error. Nadie dio cuenta de ello.
La llegada del telex y el teléfono cambiaron las cosas para contar otras cosas del mundo, como la segunda guerra mundial. Los trenes, los aviones, la fotografía y finalmente la televisión, entre otros fueron cambiando el esquema de producción del diario. Pero lo cierto es que cada cambio tecnológico trajo consigo una serie de problemas porque significó transformaciones en el oficio, en la forma de hacer las cosas.
Es asi que a mi modo de ver la parábola de la caverna de Platón, donde busca explicar la verdad y decir cómo esta se muestra de manera diferente para una persona que ha crecido unicamente viendo sombras, ejemplifica claramente lo que nos ha ocurrido al tratar de mediar la realidad. La única diferencia es que no hay una caverna, sino que el proceso mediático se construye a mi modo de ver como una serie de cavernas entre cavernas, diferentes niveles de verdad, que es reevaluada cada vez que salimos a un nivel superior.
La pregunta es, si el hombre evoluciona hasta el punto donde la telepatía sea algo normal ¿no revaluaríamos todos los medios de la actualidad en el sentido de que los buscamos para que nos expliquen la realidad?
Podemos construir juegos donde a una persona le tapamos la vista, a otra la vista y el oido, a otra la vista, el oido y el olfato. Entre más cerramos la capacidad de "percibir", más dependiente será el sujeto, y en este sentido menos autónomo. Pero si damos autonomía a un sujeto de estos de un momento a otro, pasará lo mismo que cuenta Platón cuando habla de sus experiencias al sacar a los hombres de la caverna: confusión, miedo, temor, deseos por volver, por cerrarse los ojos, locura, porque cada nivel superior es más amplio, más multitonal, y para un observador primerizo, más confuso.
Los tipos de visión "Apocalíptica o Integrada", se explican en este juego de gana/pierde. La pregunta es, ¿quien gana? ¿Quien pierde?
Hay mucho miedo de fondo en un planteamiento de este tipo. Y al final, no somos ni apocalípticos, ni totalmente integrados. El mundo se va transformando, que tan rápido o que tan lento puede deberse más a un problema de perspectiva. El caso es que si que se exige mayor madurez y participación por parte del ahora usuario. Ya no es un sujeto pasivo y dependiente, sino activo, al que se le exige una posición, un camino y una meta.
Los nuevos medios están comenzando lentamente a pedirle más al hombre, y lo están haciendo madurar como ser mediado.Y si una de las formas de evaluar al creador es a partir de su propia creación, el hombre se encuentra ahora frente a la creación de un espejo que le está permitiendo comenzar a reevaluar su propio rol dentro del mundo.