
La vieja prensa diaria parece haber encontrado el filón en las publicaciones digitales. Sin embargo, únicamente unos pocos elegidos crean auténticos periódicos online, más allá de volcar los contenidos del papel a los ceros y unos del código digital. El País , El Mundo, The New York Times... Han comprendido el metalenguaje de la red como Alfred Hitchcock el del cine.
A lo que iba, Internet es un soporte y canal perfecto para la difusión de la información, pero aún no ha explotado. El interrogante es doble cuando se convencerán los Ruper Murdochs y demás magnates de la información que apostar por la Red a medio-largo plazo es una jugada cuasi segura, y la segunda cuestión quién se encargará de convencerles.
A la primera pregunta solo cabe una respuesta por el bien de todos: ¡Espero que pronto! Mientras que a la segunda, y sin animo de ser presuntuoso, probablemente seamos nosotros quienes tengamos que hacerlo. Seguramente sobre nuestros hombros nunca recaerá la responsabilidad de plataformas de comunicación como Bertelsman o AOL Time Warner pero si somos responsables otras, y con un poco de suerte dentro de las otras también tendrán cabida las anteriormente citadas, inviertan en la red. Crean en nosotros.